Thursday, March 21, 2013

La Disciplina Siempre Tiene Un Corazón

Google Images
"...Y el Señor no pudo soportar más el sufrimiento de Israel" — Jueces 10:16

Es fácil olvidar que el Dios del Viejo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testament: El que muestra amor y compasión hacia los pecadores.

La vida espiritual de Israel registrada en el Libro de Jueces, sube y cae como una montaña rusa. Israel camina con Dios, y se eleva hasta las alturas. Israel peca y cae hacia las profundidades. Dios actúa por amor al mandar un castigo apropriado. Israel llega al fondo y ... !Espera un minuto! "¿Dios actúa por amor al mandar un castigo apropriado?" Contradictorio, ¿cierto? Piensa en ello por un momento. Si Dios hubiese estado tan furioso y enfadado como nos hacen creer, Él no se hubiese molestado en mandar un castigo apropriado. Él habría borrado esos pecadores de la faz de la tierra. Aún en medio del más fatídico de los días de Noé, Dios rescató un remanente. Por Su amor y compasión, como todo buen padre, Él disciplina sus hijos para devolerlos al buen camino.

Él nos ama y quiere que lo amemos voluntariamente. Controlarnos a golpes para someternos no es Su forma de actuar, o el objetivo de Sus acciones.

Una que otra vez nos cruzamos con un testimonio como este: "...Y el Señor no pudo soportar más el sufrimiento de Israel". ¿Furioso y enfadado? Sí, cuando tiene que estarlo. Pero fíjate en esta frase. Dios llega a un punto en el que no puede soportar el sufrimiento de Su pueblo. Él ha estado caminando a su lado, cargando su sufrimiento, su dolor. Pero ya es realmente demasiado y Él actúa para poner fin a todo ello. En este caso, Él envía a Jefté (Jueces 11:1) a rescatar a Israel de las manos de los amonitas. Ningún buen padre disfruta el sufrimiento de sus hijos. Tampoco Dios.

No comments:

Post a Comment