Thursday, April 11, 2013

Prohibido Olvidar

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"Ustedes, los reyes, sean prudentes, déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Sirvan al Señor con temor; con temblor ríndanle alabanza" —Salmo 2:10

El 11 de abril es una fecha notable en el calendario venezolano. En esa fecha, miles de personas protestaron en las calles de Caracas. El día terminó con muchas muertes, un gobierno temporalmente en caos. Para algunos, señaló el comienzo del final de la democreacia; una fecha que prometieron no olvidar. Para otros, marcó el comienzo de una nueva fase en una revolución que liberó al pobre de la teranía del rico.

Al leer y ver los reportes noticiosos, nos preguntamos quién tiene realmente la solución a los problemas del mundo.

Un día, le abrí la puerta a un hombre que pensó que él tenía la respuesta a esa pregunta. Él sonrió placenteramente mientras sacaba algunos panfletos y comenzó por preguntarme si yo sabía cómo se podían resolver los males del mundo. Se suponía que yo debía responder que no sabía; entonces él tendría el gusto de darme la respuesta. Para su consternación, yo le dí a ÉL la solución bíblica de los dramas que nos atormentan.

El Salmo 2 nos dice que las naciones traman, discuten y pelean. Con frecuencia su lucha es más espiritual que política o psuedo-religiosa, las naciones están en rebelión contra su verdadero rey, négandose a doblar la rodilla ante Dios, el Creador y Sporte de todo.

Dios se ríe del complot de las naciones: "El rey de los cielos..." (Salmo 2:4), el Soberano Supremo no está desconcertado, consternado o molesto por todo el escándalo. Él lo tiene todo bajo control. Él ha colocado a Su Rey, Su Hijo, en el sitio: "Porque por medio de Él fueron creadas todas las cosas: en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades; todo ha sido creado por Él y para Él" (Colosenses 1:16). Aunque Satanás pueda ser descrito como el principe de este mundo, Cristo sigue siendo el Rey, y esta advertencia debe ser escuchada: "...Sirvan al Señor con temor; con temblor ríndanle alabanza. Bésenle los pies, no sea que se enoje..." (Salmo 2:12a). Porque aquellos que seguimos al Rey, encontramos consuelo en esta promesa: "Dichosos los que en Él buscan refugio" (Salmo 2:12b).

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