Thursday, May 14, 2015

Está Escrito

"" —Salmo 102:18-22 NVI.
Que se escriba esto para las generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor. Miró el Señor desde su altísimo santuario; contempló la tierra desde el cielo, para oír los lamentos de los cautivos y liberar a los condenados a muerte; para proclamar en Sión el nombre del Señor y anuniciar en Jerusalén su alabanza, cuando todos los pueblos y los reinos se reúnen para adorar al Señor

Estoy en transición, dejando un área de ministerio por otra. Ha sido un período de dudas personales; las alzas y bajas de querer, y no estar segura de poder hacer.

No hay ningún lugar a ser evitado que no sea un lugar fuera del diseño divino de Dios. Cuando tomamos decisiones, siempre hay un versículo al cual nos aferramos, así como el hombre que se ahoga se aferra al salvavidas. Esos versículos se convierten en nuestro contrato con el Señor para hacer Su voluntad, y ser lo que Él quiere que seamos.

Esta mañana recibí mi contrato del Señor.

Salmo 102 está titulado: "Oración de un afligido que, a punto de desfallecer da rienda suelta a su lamento ante el Señor". Al principio, no pensé que pudiera identificarme con la desesperación del salmista. Él habla de huesos quemados, un corazón marchito, falta de apetito e insomnio, entre otros males. Entonces me di cuenta de que, a cierto nivel, se podía comprender. La tensión ha afectado mi bienestar físcio. Por largo tiempo no he tendio deseos de hacer nada, tal vez esa fuera mi expresión del corazón marchito del salmista. Yo no perdí mi apetito; ¡yo comí demasiado! El insomnio no estaba en mi lista de traumas de transición, pero sí mi deseo de dormir más de lo necesario.

El Señor escuchó al salmista, y me escuchó a mí.

Y escribiré: para hacerlo conocer; para contarle al mundo, que Él miró hacia abajo a la situación apremiante de la humanidad, e intervino en nuestro tiempo y en nuestra historia para rescatarnos de nosotros mismos, y de la mano del enemigo. Escribiré de manera que esta generación, y la otra, lo conozcan y lo alaben. Escribiré para que Su nombre sea declarado.




Thursday, May 7, 2015

Comer Como Un Pajarito

"Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto. Abre bien la boca, y te la llenaré" —Salmo 81:10 NVI

Tal vez has escuchado la expresión "ella come como un pajarito". Usualmente se refiere a la cantidad de comida y se refiere a una persona que come muy poquito. Sin embargo, aplicado en el sentido bíblico, la expresión es sólo medio correcta.

Es primavera, y en todo el bosque, pichoncitos de aves están naciendo. Esos pequeños pedacitos de creación están absolutamente indefensos. Si mamá, o papá, no los alimentan, morirán. No pueden proveer para sí mismos. La proximidad de uno de los padres dispara un instinto natural en los bebés, que inmediatamente abren sus pequeños picos preparándose para la discarga de comida. Por supuesto, pichoncitos de ave no pueden comer mucho a la vez, pero ciertamente reciben, y comen, todo lo que ha sido provisto para ellos.

Este versículo del Salmo 81 nos recuerda varias cosas. La primera: somos totalmente dependientes de nuestro Padre Celestial. Si Él no llega con el alimento, no habrá comida. Segundo: no somos capaces de digerir todo lo que nuestro Padre Celestial tiene disponible para nosotros. Aquí es donde se aplica "comer como un pajarito". No estamos preparados para tragar de una sola vez todas las riquezes en gloria. Tercero: a menos que abramos la boca para recibir las bendiciones de Dios, moriremos de hambre espiritualmente.

Comunión, comida y fe entran en juego aquí. Necesitamos la comunión de los santos para nutrirnos, la comida de la Palabra de Dios para fortalecernos, la fe que espera en Dios en confianza y anticipación de Su provisión.

La promesa es, que cuando abrimos nuestras "bocas" hacia Él podemos estar seguros de que no terminaremos con nuestros paladares aleteando en la brisa y nuestras lenguas colgando. Él llenará esas bocas abiertas.