Thursday, March 5, 2015

Una Pobre Imitación

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"Cuando entres en la tierra que te da el Señor tu Dios, no imites las costumbres abominables de esas naciones" —Deuteronomio 18:9 NVI

¿No puedes costear lo auténtico? Busca entonces los derivados, las imitaciones y las salidas rápidas. Antes de que la película más nueva tenga su preestreno, la versión en DVD pirata ya está a la venta en las calles. Muchas cosas parecen originales, pero no lo son. Muchas veces, la diferencia está en los detalles — como la puntada sencilla, opuesta a la puntada doble, en una blusa. No importa lo perfecto, un clon sigue siendo un clon.

Cuando el pueblo de Dios entró en Canaán, Moisés le recordó que estaba por entrar a una tierra donde había muchas "salidas rápidas" en las esferas religiosas. Su particular énfasis se centraba en lo oculto. Mientras Moisés no menciona leer hojas de té en su lista de los "no-no", es ahí donde nuestra fascinación hacia lo oculto comienza. Queremos conocer nuestro futuro, y Dios no nos dice suficiente. Así que, nos buscamos otro dios, una fasificación, un derivado, una copia.

Moisés dice: "Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; no practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos" (Deuteronomio 18:10, 11).

¿El punto de vista de Dios? "Cualquiera que practique estas costumbres se hará abominable al Señor, y por causa de ellas el Señor tu Dios expulsará de tu presencia a esas naciones. A los ojos del Señor tu Dios serás irreprensible" (Deuteronomio 18:12, 13).

La advertencia es sútil, pero clara. Si Dios apartaba a Canaán de esas naciones paganas por causa de esas prácticas, Él podía, lo lo haría, hacer lo mismo a Israel.

¿Cuál de las verdaderas bendiciones nos quitará Dios si decidimos que perferimos lo falso a lo verdadero?


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