Thursday, June 26, 2014

El Ejército de Dios

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"Truena la voz del Señor al frente de su ejército; son innumerables sus tropas y poderosos los que ejecutan su palabra. El día del Señor es grande y terrible. ¿Quién lo podrá resistir?" —Joel 2:11 NVI

Los profetas generalmente no son personas agradables. Tienden a entregar mensajes desagradables de fatalidad y destrucción; de dolor y castigo. Joel no fue una excepción. Los reyes de Israel tendían a ser hombres empeñados en desafiar a Dios en todas las formas concebibles. Dios era enormamente paciente. Pero, inevitablemente llegaba un momento cuando suficiente era suficiente, aún para Dios.

Joel describe cómo Dios envió un ejército de langostas a causar estragos en la tierra como castigo por el pecado de la nación. Capítulo dos es particualrmente poético, describiendo a las langostas como si fueran humanas, en dos pies, un movimiento de hombres marchando a través de la tierra. Debió ser una visión aterrador, ver el cielo ennegrecido por las langostas que se aproximaban. No hubo nada que Israel hubiera podido hacer para evitar lo que estaba por suceder.

"Se abalanzan contra a ciudad, arremeten contra los muros, trepan por las casas, se meten por las ventanas como ladrones. Ante este ejército tiembla la tierra y se estremece el cielo, el sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar" (Joel 2:9, 10 NVI).

Está por llegar otro "día del Señor": El día en que el Señor de toda la creación regrese para juzgar a la humanidad. Ese no es un mensaje placentero, pero necesario. ¿Cómo sabrá un hombre que debe correr a refugarse si no está consciente de que viene una tormenta? El refugio se encuentra en una relación personal con Dios a través de la fe en Jesucristo. El próximo ejército será de santos ángeles, no de langostas. Es mejor estar del lado del conquistador, que oponerse a Él.


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