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¿Odiar a mis padres? ¿Odiar a mis hijos? ¡De ningún modo! ¿En qué estaba pensando Cristo?
Uno de los principios importantes de la interpretación bíblica es la atención al contexto. Sacar versículos de su contexto, o de lo que los rodea, es una práctica peligrosa que frecuentamente lleva a la mala interpretación, como sucede en estos versículos de Mateo.
Lea Mateo 9:35 a 10:42. ¿Cuál es el contexto? Jesús está hablando a sus discipulos sobre su futuro como ministradores del Evangelio. Él está improniendo en ellos la urgencia de la tarea y dándoles instrucciones de cómo llevarla a cabo; les está advirtiendo sobre las consecuencias de llevar a cabo su compromiso en un mundo hostil.
No siempre serán bien recibidos. Habrá persecuciones y parte de la presión vendrá de sus propias familias. Jesús conocía la realidad de esa presión. Su propia madre y hermanos vinieron a alejarlo del ministerio creyendo que Él se había vuelto un fanático y necesitaba un descanso mental.
En este punto, aquellos llamados a ministrar en el nombre de Cristo deberán tomar una decisión: rendirse a la presión: sea que venga de dentro o fuera de la familia, o seguir a Cristo cualesquiera que sean las consecuencias.
La pregunta se convierte en: "¿A quién amas más: a tu familia o a Cristo?" Cuando la presión de la familia se hizo más fuerte, Cristo escogió seguir a Su Padre celestial. En este pasaje Él les dice a Sus seguidores que deben tomar la misma decisión: seguir a Cristo aunque parezca que están siendo poco amorosos hacia sus madres, padres, hermanos o hermanas. Hacer cualquier otra cosa es negar a Cristo.
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